Mitos Urbanos: la depre dominguera.

Dicen que a nadie le pasa desapercibido el atardecer de un domingo. Estés en familia o solo. Si te sobra para vivir o apenas te alcanza para respirar. Seas hombre o mujer. Niño o adulto. Libre o atrapado. Incluso si el otro día es feriado, o vacaciones.
Nadie se salva de una depresión salvaje el séptimo día a eso de las 7 de la tarde.
Yo nunca estuve muy de acuerdo con todo esto, en principio porque mi historial de depresión dominguera siempre tuvo estrecha relación con la escuela. Para mí sí un feriado o las vacaciones hacían toda la diferencia.
Actualmente, que los lunes no tengo que madrugar para estar por varias horas en un lugar donde estaré demasiadas horas durante la semana; la depre sólo me sorprende si estoy sola y sin nada para hacer (o con algo obligatorio por hacer).
Pero hay algo que destruyó todo lo horrible que tiene un domingo (¿todos coinciden en que lo único bueno del domingo es que para la mayoría es un día sin obligaciones?)y es la Liga Nacional de Básquet.
La Liga se juega dos días: viernes y domingo por la noche. Los partidos de los viernes dinamitan una parte importante de tu vida social, pero el domingo te redime de todo. Adrenalina a full y compartida con todos esos que llenan el poli o que sufren con vos a través de showsport. Durante los meses que hay Liga (la mayoría, afortunadamente), terminar un domingo deprimido sólo puede tener relación con un partido perdido. Pero las 7 de la tarde te pasan como nada.
Y si tu equipo te tiene acostumbrado a hacer campañas brillantes, NI HABLAR.

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